Siento como si esa cama en la que a penas entramos para echar un polvo fuera quilométrica y son kilómetros de vacío, de ausencia de ti.
La cama no se mueve. Ya no tiene gracia.
Cada una de mis noches es esa tortura repetida una y otra vez y no puedo vivir con ello. Necesito que llenes ese vacío, que mi cama vuelva a ser ese estrecho colchón que guarda mas secretos que muchos otros, y que vuelva a moverse mi cama.
Te necesito a ti.
Todas y cada una de mis noches, ya sea verano o invierno. En verano retamos al sol, a que la fricción de nuestros cuerpos da mas calor que él, y en invierno, nos reímos del frio ayudándonos mutuamente a mantener la temperatura.
Esto que lees, esto soy yo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario